El corazón de Tremonhue
Réplica del que se encuentra en la Catedral de Chartres, en Francia, el Laberinto ofrece un tiempo y espacio para ir al centro de sí.
Caminar el laberinto tiene una larga historia en el mundo, a modo de tiempo de reflexión, de búsqueda, de meditación.
Abrimos el laberinto especialmente en los momentos de cambios estacionales, cuando la naturaleza nos regala cambios en los colores, en los ritmos, en los sentidos. Tiempos preciosos para detenernos, regalarnos un tiempo, y encontrarnos con nosotros/as mismos/as.