En este lento tránsito hacia el invierno, nuestra Tierra se va alejando del Sol que alimenta la vida. La luz del día se acorta y la oscuridad va creciendo. Sin embargo, aún en este cambio de energía (y las restricciones que nos tocan hoy en día) podemos gozar de alimentos y amistades nutritivas. Benditas somos al recibir estos regalos de la vida.